Etiquetado: la manga del mar menor
SE VENDE HUMO A DOMICILIO
Desde hace días y después de comprobar el desastre ecológico y económico del Mar Menor, veo como los mismos políticos (gobierno y oposición) que han permitido que lleguemos a este punto llenan los medios de mensajes sobre participación pública en las Estrategias del Mar Menor y de La Manga,…. «participa»…»tu opinión es importante»….»contamos contigo»… etc, etc, etc…
Tengo clarísimo que tener en cuenta la opinión de la población en un proceso territorial estratégico no es sólo importante, es más bien imprescindible; pero emplear los procesos de participación conforme se está haciendo creo que es sencillamente vergonzoso….. «le damos a elegir entre diez proyectos y usted escoja tres de ellos»….lo dicho… vergonzoso.
La participación es parte esencial en el génesis de la estrategia ¿Qué echas de menos? ¿Qué te molesta? ¿Qué te gusta? ¿Qué mejorarías?… y a partir de ahí un equipo de profesionales será el que diseñe la estrategia que culminará en proyectos o en líneas de actuación.
Los diez proyectos que se plantean como «elegibles», ¿Tienen el mismo peso en la transformación del modelo territorial? ¿Generan los mismos efectos de retroalimentación? ¿Sobre qué vectores territoriales inciden? ¿Sobre qué funciones urbanas? ¿A qué modelo territorial tienden?; y lo peor de todo ¿A alguien del panorama político le importan las respuestas a las preguntas anteriores?, yo creo que no, lo importante en este momento y ante la vergüenza generada por no haber hecho su trabajo durante muchos años es trasmitir la imagen de «nos hemos puesto manos a la obra» y además «contamos con tu opinión»…. es alucinante ver como no aprendemos de los errores del pasado muy reciente y una y otra vez seguimos inmersos en un sistema en el que la planificación no existe realmente, los valiosos estudios se guardan en un cajón por no ser políticamente correctos u oportunos y lo que prima es únicamente la idea feliz y la foto de portada generadora de votos.
¿Existen fondos para las actuaciones que se proponen? ¿Cuál es el horizonte temporal? ¿Cuál es el orden prioritario? ¿A qué responden?…. Si no lo saben dejen por favor de vender humo y pónganse a hacer lo que deberían haber hecho hace mucho tiempo…..TRABAJAR.
SELF-SERVICE TERRITORIAL. La Manga del Mar Menor
La semana pasada mi amigo Antonio empleaba el término Self-Service Territorial en uno de sus comentarios, ahora después de pasar unos días en la Manga del Mar Menor quiero compartir en este post un claro ejemplo de este concepto.
La Manga es sin duda lugar de visita obligada para todo estudioso del territorio, la ciudad, el urbanismo y el paisaje; un lugar que nos hace comprender lo bruto e ignorante que puede llegar a ser el hombre, un clarísimo ejemplo de cómo NO deben hacerse las cosas.
Para el que no la conozca, se trata de una estrecha franja de terreno de unos 22 Km que separa el Mar Mediterráneo del Mar Menor, un auténtico regalo de la naturaleza en el que atravesando 100 metros de arena fina y dunas podíamos bañarnos tanto en un Mar como en otro…. bueno de eso se trataba, hoy día se trata de un territorio totalmente ocupado (que no urbanizado por la dignidad del término) atravesado por un único vial sin salida (ya que milagrosamente el acceso norte no se ha materializado por sus valores ecológicos) a cuyos lados se localizan enormes bloques en altura, unos paralelos al mar formando pantallas y otros en perpendicular al mismo, da igual, como cada uno ha querido en función del parcelario resultante; junto a éstos zonas de viviendas unifamiliares (que en ocasiones entran literalmente en el Mar Menor) dispuestas en calles sin salida en las que cada propietario de parcela ejecuta su «trozo» de acera, con lo cual tenemos un gran muestrario de materiales y acabados y en algunos casos simplemente no se ejecuta. El recorrido peatonal a través del vial principal se convierte en una auténtica aventura ya que, siguiendo el concepto de self-service, cada urbanización ejecuta su trozo como estima conveniente, con lo cual una estrecha acera de repente se convierte en un aparcamiento de coches o en una caseta para guardar la basura, si vas en silla de ruedas o llevas un cochecito de bebé sencillamente es «misión imposible».
Siguiendo con el ejemplo de lo que NO debemos hacer, pasamos a ver el carril bici, o al menos así lo llaman, se trata de un espacio de aproximadamente 1.00 metro de ancho unido por una parte a la única zona peatonal posible y por el otro limitado por un afilado bordillo de unos 30 cm de alto (hacerlo de bordes redondeados hubiese sido mucho pedir) que nos separa del tráfico rodado y que resulta especialmente útil para abrirte la cabeza en caso de caída; si consigues no caerte y además esquivar a los numerosos peatones que invaden la zona y se cabrean cuando tocas el timbre para pasar, te das cuenta de otro problema del Self-Service, los aparcamientos públicos en superficie no aportan aparentemente beneficios directos con lo cual no los hacemos y los ciudadanos pasan a aparcar en el único sitio que queda libre, el del carril bici. A la vista de que resulta totalmente imposible circular con normalidad decidimos aventurarnos y rodar por la calzada junto a los coches, pero ahora llega un nuevo problema «los defensores de sus derechos», esos señores que entienden que el derecho a circular por la calzada es exclusivo de los vehículos a motor y te gritan y pitan porque con tu velocidad estás haciéndole perder su preciado tiempo, teniendo un carril bici ¿por qué narices tengo que hacer el esfuerzo sobrehumano de poner el intermitente y adelantar?.
En materia de paisaje urbano, en determinado momento alguien decide unificar la imagen plantando palmeras, ¿de qué especie?… de la que sea, todas valen ¿no?, y llegamos a que tras aproximadamente 8 años sigo sin poder pisar la acera en determinadas zonas porque se trata de palmeras bajas y las afiladas puntas me llegan justo a la altura de los ojos.
Ya para nota llegamos al apartado de crear complejidad urbana, una mezcla que nos invite a ir a algún sitio, que nos ofrezca la opción de elegir, pero como digo eso sería para nota y no entra en el concepto de self-service, es demasiado complejo, mejor ponemos pequeños locales en las plantas bajas de las urbanizaciones, espacios interiores aptos tan sólo para comercios de consumo de primera necesidad, cada urbanización tendría su supermercado, su panadería, su bar y su tienda de golosinas y prensa, pero algo falla, no hemos puesto nada de nuestra parte para romper con la estacionalidad con lo cual esos negocios se deben mantener con los beneficios obtenidos durante los meses de julio y agosto, el resto del año no pueden abrir y por tanto cierran y caen uno tras otro.
Llegado este punto y considerando inviable demoler los 22 Km de edificaciones y empezar de nuevo, me planteo:
– Los dos mares siguen estando igual de cerca y podemos seguir disfrutándolos.
– El Mar Menor es un paraíso para los amantes de los deportes como el windsurf, el piragüismo o la vela.
– Cabo de Palos (unido físicamente a la Manga) constituye unos de los mejores sitios de España para la práctica del buceo.
– Seguimos teniendo 22 Km de playa de arena blanca y fina y aguas cristalinas.
– Existe amplia oferta de puntos de amarre en la zona.
– Está localizada a menos de 30 minutos de la ciudad de Cartagena y su gran oferta turística cultural.
– ¿No estamos ante lo que puede ser un producto turístico excepcional? ¿No existe esa potencialidad? ¿Realmente ese Self-Service ha hecho llegar a un punto de no retorno?
Las dinámicas que veo por parte de los agentes con capacidad de decisión es la dar por muerta La Manga, dejarla en «sálvese quien pueda», seguir predicando que el futuro de nuestra Región está en el turismo y buscar un nuevo emplazamiento excepcional para una nueva «actuación estrella». Cuando un project manager llega al final de un proyecto, concluye con el apartado de «lecciones aprendidas», esa información que nos ha aportado el proyecto, que nos ha enriquecido y que nos ha hecho más expertos en la materia…. ¿tan difícil resulta ver a nuestra clase política como Project Manager territoriales las lecciones aprendidas del Self-Service Territorial de la Manga?.
Si lo que buscamos es un producto estrella, un proyecto emblemático, un elemento diferenciador, tenemos una oportunidad excepcional, LA CUALIFICACIÓN DE LA MANGA DEL MAR MENOR; hemos visto que el potencial es enorme, la inversión es ridícula en comparación con el desarrollo de un nuevo producto desde cero, el coste medioambiental es nulo (partiendo de la situación actual) y fundamentalmente si lo que buscamos es una nueva imagen de marca que atraiga el turismo de calidad, ¿qué mejor marketing que el de un territorio que ha sido capaz de darle la vuelta a la tortilla?.