LAS IMPRESCINDIBLES ACTIVIDADES PRESCINDIBLES
Por muy duro que parezca, mientras no haya ni vacuna ni test para aislar casos positivos, dicen los expertos que un sólo portador de COVID-19 tiene capacidad para transmitir el virus a miles de personas en un corto espacio de tiempo, también nos hablan de que hablamos de plazos de, como mínimo meses, para encontrar la cura o la vacuna.
La verdad es que cuesta digerirlo; pero una vez que asumes que esta es la realidad y que no estás en medio de una pesadilla, podemos reaccionar de distintas formas; podemos entrar en pánico, descargar nuestra frustración contra el que piensa de forma distinta a nosotros, echarle la culpa a unos y a otros, buscar una burbuja en la que meternos con los nuestros hasta que todo esto pase, …., ¿Os imagináis que hubiera pasado si los sanitarios, policías, militares, voluntarios y en general todos los trabajadores esenciales hubiesen reaccionado así? ¿Os podéis imaginar dónde estaríamos ahora?
Esta gente se ha dejado, por desgracia literalmente en muchos casos, la piel por defender nuestra vida; porque soportásemos lo mejor posible los problemas derivados de la pandemia, porque el sistema no se rompiera y siguiera funcionando… mientras tanto el resto de la sociedad desde nuestros balcones estamos siendo los “espectadores” de esta película de terror.
Ahora entramos en la “Desescalada”; el miedo a perder la salud empieza a verse eclipsado por el miedo a perder el trabajo, el de no poder pagar la hipoteca, el de no poder mantener el ritmo que llevábamos hace dos meses…Volvemos a hablar de pánico, de ansiedad; pero en este caso algo ha cambiado, ahora dejamos de ser espectadores para ser actores, ya no les toca a los sanitarios, los militares o la policía ahora nos toca a nosotros ¿Vamos a reaccionar como ellos?
Ahora, principalmente en las ciudades, es el turno de las actividades teóricamente “no esenciales”, y digo teóricamente porque para el ser humano comer es imprescindible pero no suficiente; nosotros y nuestra economía necesitamos actividad; podemos estar un tiempo sin actividad, incluso sin comer, pero sólo un tiempo; ni nuestra salud ni nuestro bolsillo se pueden permitir un eterno confinamiento.
La ciudad es un organismo complejo, todo está interrelacionado, todas las variables se retroalimentan positiva o negativamente de otras, todo influye en la nuestra calidad de vida y en nuestra economía, ¿Alguien de verdad cree que podemos aislarnos cada uno en su burbuja y que esa nueva normalidad sea viable y sostenible psicológica y económicamente¿ ¿Alguien puede pensar que la ciudad sin actividad sea viable¿ ¿Qué las calles sean únicamente “cintas transportadoras de personas”?
Yo sinceramente creo que no, creo que lo que nos toca ahora a los espectadores es calentar y salir al terreno de juego, con todas las medidas de seguridad habidas y por haber, pero salir a dejarnos la piel.
El terreno de juego para jugar al baloncesto es de una forma, el de fútbol es de otra y el de tenis de otra distinta; nosotros hasta ahora “jugábamos” “vivíamos” y generábamos actividad en un terreno de juego que era la ciudad; el COVID 19 nos ha impuesto un cambio en las normas y si queremos seguir jugando, no nos queda más remedio que adaptar el terreno de juego y esa adaptación la necesitamos para ayer.
Intentando aportar al sistema, lanzamos una nueva sección de inputpaisaje (Espacio Urbano Post-Covid); este espacio se plantea como un foro de investigación, discusión y difusión de análisis y propuestas de adaptación inmediata del espacio público de nuestras ciudades, os invito y animo a participar en el mismo enviando propuestas en forma de texto (máximo 150 palabras) o imágenes a inputpaisaje@gmail.com.