Categoría: ORDENACION DEL TERRITORIO

¿PLANIFICAMOS O CONFIAMOS EN EL IBEX 35?

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Acabo de leer el documento de discusión emitido por la CNC (Comisión Nacional de la Competencia) titulado «PROBLEMAS DE COMPETENCIA EN EL MERCADO DE SUELO EN ESPAÑA», y hablando de competencia no entiendo como un documento de este calado puede haber sido redactado con tan alto nivel de incompetencia.

Tras 90 folios en los que las especificidades del producto llamado «suelo» se van diluyendo para adaptarlo a un modelo económico más «llevadero» que nos permita predecir su comportamiento como si del mercado de tomates se tratase, llega el sesudo documento a averiguar que el sistema urbanístico español… tiene fallos!!!  y aporta dos recomendaciones clave:

1. Utilizar mecanismos impositivos (de precio) o de derechos de urbanización en lugar de la delimitación de la frontera urbanística, convirtiendo en suelo apto para ser urbanizado todo el suelo que no deba estar protegido por motivos de interés público convenientemente justificado.

Es decir, si usted tiene dinero y se lo puede permitir, genere usted mismo el modelo territorial; los demás nos adaptaremos al mismo y que salga lo que tenga que salir, ya iremos resolviendo problemas.

2. Sustituir la zonificación característica del urbanismo español, muy detallada, de carácter intervencionista, y determinada ex-ante, por la utilización, con carácter general y fundamental, de reglas o estándares que sirvan para corregir las externalidades vinculadas a usos incompatibles pero que a la vez posibiliten que el uso del suelo no excluido del proceso urbanizador por motivos de interés público se determine, en gran medida, a través del mercado y no a través del planeamiento urbanístico.

Es decir, nada de planificar, nada de preocuparnos por la sostenibilidad o por un modelo de futuro, ahora una nueva variante del self-service territorial…. sírvase usted mismo, genere el uso que usted quiera (que para algo tiene dinero y además ha llegado el primero) los que vengan después se tendrán que adaptar para no generar externalidades que puedan poner en peligro su competitividad.

Es sencillamente alucinante…….

No obstante, dejando de lado las sandeces del citado documento, me planteo si realmente existe mucha diferencia entre lo propuesto y lo que realmente tenemos hoy día; en primer lugar y con referencia a su primera recomendación ¿No existe ya ese mecanismo impositivo (de precio) que te permite saltar las fronteras de la ciudad y del suelo urbanizable?¿No se llama Modificación Puntual de Plan General? ¿No se lleva a cabo mediante el pago de un importe estipulado en un convenio?.

Respecto a la segunda recomendación (eliminar la zonificación y que mande el mercado) ¿Dónde se instalan hoy día las grandes multinacionales? ¿Y las petroleras o derivadas? ¿Generalmente lo hacen en suelo diseñado al efecto o en un suelo barato que era SNU y por «Interés general» pasa a ser apto para la instalación?

Esta última reflexión me hace indignarme aún más con el documento del CNC, no sólo propone la antítesis de lo que otras políticas y cualquier persona medianamente coherente defiende,  sino que además no ha tenido la capacidad de observación suficiente para darse cuenta de que lo que proponen ya existe y como podemos ver no funciona.

PDT: Os dejo el enlace de este maravilloso documento

(http://www.cncompetencia.es/Inicio/Informes/InformesyEstudiossectoriales/tabid/228/Default.aspx)

COMPETITIVIDAD URBANA VS COMPETENCIA

Catorce años han pasado desde que en Potsdam (1999) la Estrategia Territorial Europea nos hablase de la necesaria competitividad y de la oportunidad del policentrismo como herramienta en la creación de un modelo territorial basado en el progreso, la sostenibilidad  y la cohesión.

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Un sistema elogiado por innumerables artículos y publicaciones que no termino de ver llevado a la práctica; veo claros intentos (y en ocasiones logros) de distintas regiones o municipios por incrementar su competitividad en base a la improvisación en muchos casos y en otros a una planificación, pero eso sí, normalmente la suya individual. Este hecho nos lleva a escala municipal (e incluso sub-municipal a nivel de pedanías) a que cada municipio para ser competitivo busca su polígono industrial, su centro comercial y de «ocio», sus instalaciones deportivas, su zona terciaria para oficinas, sus equipamientos educativos y sanitarios…. su, su, su…..

A modo de ejemplo 18 minipolígonos de 18 minimunicipios serán aptos para pequeños establecimientos industriales de carácter normalmente local, nunca podrán albergar una gran factoría o un conjunto de instalaciones relacionadas que se complementen y fomenten sinergias, simplemente no caben; caso distinto sería si existiese y se pusiera en práctica (cosa que no siempre ocurre) una planificación de orden superior que unificara intereses y transformase los 18 miniespacios en un gran espacio perfecta, sostenible y competitivamente conectado.

Este hecho se ve agravado además por obviar un tema de vital importancia si hablamos de competitividad y éxito, el de la MASA CRITICA; efectivamente un centro comercial, una torre de oficinas o unas instalaciones deportivas son sostenibles económicamente cuando existe una masa suficiente que lo demande de forma sostenida en el tiempo, no sólo en épocas de «vacas gordas»; de esta forma vemos a nuestro alrededor innumerables equipamientos e infraestructuras totalmente abandonadas por la sencilla razón de haber nacido en una época de bonanza con la consideración de que siempre iba a ser así en zonas que, en condiciones normales, no generan esa «masa crítica».

En materia de servicios públicos como la sanidad o la educación volvemos al mismo problema, todos queremos tener centros educativos y la asistencia sanitaria junto a nuestras viviendas, cada pedanía al menos un colegio y un centro de salud, lo cual puede ser conveniente buscando la cohesión social, pero por una parte ¿nos lo podemos permitir económicamente? y por otra ¿no sería más eficiente agrupar y crear grandes centros que permitan un mejor servicio y conectarlos de forma eficiente y sostenible? ¿No estaríamos hablando entonces del policentrismo de la ETE?

La figura de orden superior que citaba como solución ya existe, la tenemos en los Planes de Ordenación Territorial supramunicipales; no obstante su gestión y la consecución de objetivos requiere de una voluntad política que por ahora me cuesta mucho ver. La situación nos lleva de esta forma a un escenario incluso peor al de la centralización que la ETE trataba de solventar, llegamos a un entorno de salvaje competencia, muy distinto al de competitividad, llegamos a la competición entre municipios, al despilfarro y al estancamiento no sólo por las acciones no planificadas emprendidas sino por las potencialidades de la agrupación que dejamos escapar.

CIUDAD DIFUSA ¿CAUSA O EFECTO?

Los problemas derivados de los crecimientos urbanos en forma de «Ciudad Difusa», «Sprawl», procedentes del propio planeamiento o que hayan surgido de forma espontánea, han sido objeto de numerosos análisis y estudios quedando fuera de toda duda el deterioro creado tanto en materia de sostenibilidad como de relaciones sociales.

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Veo una clara tendencia a defender que dichos asentamientos están destruyendo la ciudad tradicional y dejándola sin vida, lo cual es posible, ahora bien…. ¿Estamos ante la causa o el efecto? ¿Las nuevas urbanizaciones están causando el abandono de la ciudad o son la consecuencia o la vía de escape de un entorno que nada nos aporta?.
Nuestras sociedades han cambiado de forma vertiginosa en el último siglo ¿Y nuestras ciudades?¿Se han adaptado a los nuevos requerimientos? Cuando la mayor diversión, ocio o entretenimiento de la semana se traduce para muchas familias en la visita a un macro centro comercial  situado en una de esas zonas «difusas» ¿Es por elección o por eliminación?.
Entiendo que no todos los pobladores de esa «nueva» forma de habitar son ermitaños, de hecho creo que se alegran cuando esas zonas pseudo-rurales  poco a poco van tomando rasgos urbanos, cuando se instala una parada de bus, una panadería, un quiosco, una cafetería o un pequeño supermercado, luego no huyen de la ciudad en general sino de esa ciudad concreta.
Evidentemente el concepto de ciudad evoluciona y vamos hacia nuevos modelos, por tanto entiendo que debemos enfocar nuestros esfuerzos no sólo en demostrar la ineficacia de un modelo, sino por una parte a ponerle solución a la «máquina» que hemos creado (que queramos o no seguirá existiendo) y fundamentalmente a paliar el origen del problema (la ausencia de estímulos positivos en nuestras ciudades).
Mediante la Ordenación del Territorio y la Planificación no podemos participar en los recuerdos, la formación cultural, las inquietudes o los estados de ánimo personales que en definitiva conforman la sensación de bienestar, ahora bien queda muy claro que si podemos crear el escenario que las potencie, las facilite y las cohesione.

ACCIDENTES GRAVES EN LOS QUE INTERVIENEN SUSTANCIAS PELIGROSAS.

Esta semana escuchaba en las noticias una nueva versión del mismo problema que nunca acabaré de entender, se comentaba que tras el gravísimo accidente ferroviario de Santiago de Compostela, se iba a llevar a cabo una revisión de los sistemas de seguridad porque por lo visto algo falla…. creo que sobran los comentarios.

Hace ya años, tras varios incendios en discotecas, se modificó la normativa al respecto; tras la catástrofe del camping de Biescas alguien se dio cuenta de que el cauce de una rambla o las zonas inundables no son los sitios más adecuados para acampar; tras el desastre de Bhopal y posteriormente de Seveso se creó la normativa de accidentes graves…. etc, etc, …. siempre después, un lapso de tiempo que sencillamente implica que la gente muere por falta de previsión,  planificación y gestión.

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Centrándome en el último apartado, desde que hace algunos años asistí a unas jornadas sobre la Normativa Seveso y su relación con la Ordenación del Territorio, pude comprobar y de hecho lo sigo haciendo como un tema de tal importancia puede ser pasado por alto con tanta facilidad y durante tanto tiempo. Tenemos una Directiva Europea y el RD 1.254/99 que transpone al ordenamiento jurídico español la misma; a partir de aquí le toca a las distintas administraciones en el ámbito de sus competencias su desarrollo y llegamos entonces a un problema con las siguientes variables:

– Caso de una nueva instalación (es el más sencillo, se trataría de imponer restricciones).

– Caso de una instalación existente aislada en el desierto (también es sencillo, se trata de limitar los posibles usos futuros en su entorno).

– Caso de una instalación existente con otros usos en sus proximidades también existentes…. ¿Y ahora qué? ¿Cerramos la fábrica? ¿Echamos a la gente de sus casas para que dejen de estar en peligro? ¿Qué derecho es más válido, el del industrial que ha cumplido todo lo que la administración le ha exigido o el del propietario al que nadie informó del peligro que corría?.

Llegado a este punto leo discusiones sobre los sistemas de evaluación más adecuados, sobre quienes deben ser los responsables de su control e incluso clasificación de elementos como vulnerables y muy vulnerables que llegan en determinados casos a depender del número de personas, es decir, si sólo mueren tres o cuatro personas es vulnerable, se puede acercar más a la instalación, ahora, si son más ya pasaría a ser muy vulnerable y se tiene que alejar…. ¿Estamos locos o qué está pasando en esta sociedad? ¿Qué legislador puede tener la capacidad de definir el número de bajas asumible a cambio de no trastocar un interés económico?.

El mayor problema no se encuentra en el contenido de estas discusiones, sino en el hecho de que mientras discuten la casa sigue sin barrer, las viviendas se siguen aproximando a instalaciones existentes, los espacios residuales de los planes parciales colindantes con industrias son precisamente los que los promotores no quieren para viviendas y en ocasiones se usan para otros usos como por ejemplo escuelas y guarderías; las grandes instalaciones se amplían en muchos casos empeorando una situación ya deficitaria y en definitiva el problema lejos de resolverse va añadiendo nuevas variables y derechos adquiridos.

Es evidente que se trata de un problema de gran complejidad, pero precisamente por ello requiere una gran dedicación, implicación y respuesta; veo que algunas Comunidades Autónomas trabajan seriamente la cuestión, pero la tendencia generalizada es simplemente la de la inactividad, ¿qué estamos esperando? ¿necesitamos un nuevo Bhopal o Seveso para reaccionar de una vez? ¿No ha llegado la hora de asumir responsabilidades?

SELF-SERVICE TERRITORIAL. La Manga del Mar Menor

La semana pasada mi amigo Antonio empleaba el término Self-Service Territorial en uno de sus comentarios, ahora después de pasar unos días en la Manga del Mar Menor quiero compartir en este post un claro ejemplo de este concepto.

La Manga es sin duda lugar de visita obligada para todo estudioso del territorio, la ciudad, el urbanismo y el paisaje; un lugar que nos hace comprender lo bruto e ignorante que puede llegar a ser el hombre, un clarísimo ejemplo de cómo NO deben hacerse las cosas.

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Para el que no la conozca, se trata de una estrecha franja de terreno de unos 22 Km que separa el Mar Mediterráneo del Mar Menor, un auténtico regalo de la naturaleza en el que atravesando 100 metros de arena fina y dunas podíamos bañarnos tanto en un Mar como en otro…. bueno de eso se trataba, hoy día se trata de un territorio totalmente ocupado (que no urbanizado por la dignidad del término) atravesado por un único vial sin salida (ya que milagrosamente el acceso norte no se ha materializado por sus valores ecológicos) a cuyos lados se localizan enormes bloques en altura, unos paralelos al mar formando pantallas y otros en perpendicular al mismo, da igual, como cada uno ha querido en función del parcelario resultante; junto a éstos zonas de viviendas unifamiliares (que en ocasiones entran literalmente en el Mar Menor) dispuestas en calles sin salida en las que cada propietario de parcela ejecuta su «trozo» de acera, con lo cual tenemos un gran muestrario de materiales y acabados y en algunos casos simplemente no se ejecuta. El recorrido peatonal a través del vial principal se convierte en una auténtica aventura ya que, siguiendo el concepto de self-service, cada urbanización ejecuta su trozo como estima conveniente, con lo cual una estrecha acera de repente se convierte en un aparcamiento de coches o en una caseta para guardar la basura, si vas en silla de ruedas o llevas un cochecito de bebé sencillamente es «misión imposible».

Siguiendo con el ejemplo de lo que NO debemos hacer, pasamos a ver el carril bici, o al menos así lo llaman, se trata de un espacio de aproximadamente 1.00 metro de ancho unido por una parte a la única zona peatonal posible y por el otro limitado por un afilado bordillo de unos 30 cm de alto (hacerlo de bordes redondeados hubiese sido mucho pedir) que nos separa del tráfico rodado y que resulta especialmente útil para abrirte la cabeza en caso de caída; si consigues no caerte y además esquivar a los numerosos peatones que invaden la zona y se cabrean cuando tocas el timbre para pasar, te das cuenta de otro problema del Self-Service, los aparcamientos públicos en superficie no aportan aparentemente beneficios directos con lo cual no los hacemos y los ciudadanos pasan a aparcar en el único sitio que queda libre, el del carril bici. A la vista de que resulta totalmente imposible circular con normalidad decidimos aventurarnos y rodar por la calzada junto a los coches, pero ahora llega un nuevo problema «los defensores de sus derechos», esos señores que entienden que el derecho a circular por la calzada es exclusivo de los vehículos a motor y te gritan y pitan porque con tu velocidad estás haciéndole perder  su preciado tiempo, teniendo un carril bici ¿por qué narices tengo que hacer el esfuerzo sobrehumano de poner el intermitente y adelantar?.

En materia de paisaje urbano, en determinado momento alguien decide unificar la imagen plantando palmeras, ¿de qué especie?… de la que sea, todas valen ¿no?, y llegamos a que tras aproximadamente 8 años sigo sin poder pisar la acera en determinadas zonas porque se trata de palmeras bajas y las afiladas puntas me llegan justo a la altura de los ojos.

Ya para nota llegamos al apartado de crear complejidad urbana, una mezcla que nos invite a ir a algún sitio, que nos ofrezca la opción de elegir, pero como digo eso sería para nota y no entra en el concepto de self-service, es demasiado complejo, mejor ponemos pequeños locales en las plantas bajas de las urbanizaciones, espacios interiores aptos tan sólo para comercios de consumo de primera necesidad, cada urbanización tendría su supermercado, su panadería, su bar y su tienda de golosinas y prensa, pero algo falla, no hemos puesto nada de nuestra parte para romper con la estacionalidad con lo cual esos negocios se deben mantener con los beneficios obtenidos durante los meses de julio y agosto, el resto del año no pueden abrir y por tanto cierran y caen uno tras otro.

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Llegado este punto y considerando inviable  demoler los 22 Km de edificaciones y empezar de nuevo, me planteo:

– Los dos mares siguen estando igual de cerca y podemos seguir disfrutándolos.

– El Mar Menor es un paraíso para los amantes de los deportes como el windsurf,  el piragüismo o la vela.

– Cabo de Palos (unido físicamente a la Manga) constituye unos de los mejores sitios de España para la práctica del buceo.

– Seguimos teniendo  22 Km de playa de arena blanca y fina y aguas cristalinas.

– Existe amplia oferta de puntos de amarre en la zona.

– Está localizada a menos de 30 minutos de la ciudad de Cartagena y su gran oferta turística cultural.

–   ¿No estamos ante lo que puede ser un producto turístico excepcional? ¿No existe esa potencialidad? ¿Realmente ese Self-Service ha hecho llegar a un punto de no retorno?

Las dinámicas que veo por parte de los agentes con capacidad de decisión es la dar por muerta La Manga, dejarla en «sálvese quien pueda», seguir predicando que el futuro de nuestra Región está en el turismo y buscar un nuevo emplazamiento excepcional para una nueva «actuación estrella». Cuando un project manager llega al final de un proyecto, concluye con el apartado de «lecciones aprendidas», esa información que nos ha aportado el proyecto, que nos ha enriquecido y que nos ha hecho más expertos en la materia…. ¿tan difícil resulta ver a nuestra clase política como Project Manager territoriales las lecciones aprendidas del Self-Service Territorial de la Manga?.

Si lo que buscamos es un producto estrella, un proyecto emblemático, un elemento diferenciador, tenemos una oportunidad excepcional, LA CUALIFICACIÓN DE LA MANGA DEL MAR MENOR; hemos visto que el potencial es enorme, la inversión es ridícula en comparación con el desarrollo de un nuevo producto desde cero, el coste medioambiental es nulo (partiendo de la situación actual) y fundamentalmente si lo que buscamos es una nueva imagen de marca que atraiga el turismo de calidad, ¿qué mejor marketing que el de un territorio que ha sido capaz de darle la vuelta a la tortilla?.

LA SOLEDAD DEL CORREDOR DE FONDO

LA SOLEDAD DEL CORREDOR DE FONDO

Cuando el recorrido urbano para ir a comprar se convierte en una ultramaratón con 40 grados a la sombra, cuando caminar por la acera se asemeja a una gymkana, cuando la ciudad termina sin solución de continuidad simplemente porque empieza el campo…. creo que algo falla.

¿Son nuestras poblaciones realmente ciudad o se trata simplemente de contenedores de viviendas? Las abejas duermen en su colmena, salen a trabajar, traen comida y de nuevo duermen ¿Cuál es la diferencia entre ellas y la forma de vida que nos ofrece la mayoría de nuestras ciudades?

Nuestras manzanas, viales, plazas, recorridos, etc… no pueden ser tratados sobre un simple plano en dos dimensiones como si de las celdas de la colmena se tratase, no es un problema de geometría ni de cálculo, la meta no es sólo crear una malla funcional; el objetivo olvidado es que las ciudades son para facilitar el progreso, la relación y el bienestar de sus habitantes; es decir la finalidad es el hombre en sí mismo, no la miel.

Cuando la zona de la imagen la vemos sobre plano, observamos una planificación clásica basada en la zonificación, esa planificación se lleva a la realidad y el resultado es….. lo que salga.

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¿Ha tenido en cuenta la planificación que esa calle tiene pendiente? ¿Ha considerado los 40 grados a la sombra en verano? ¿Es consciente de la lenta evolución del aspecto formal por sustitución de viejas edificaciones? ¿Dónde me paro a hablar con mi vecino? ¿Dónde me siento a descansar un rato?… Todo ello influye en gran medida en que la ultramaratón o la gymkana se transformen en recorridos, en paseos que quiera hacer en lugar de esfuerzos a los que me vea obligado para resolver cuestiones como la de ir a la compra; por tanto salgamos del plano, pisemos el territorio y no olvidemos nuestro norte (el hombre en sociedad).

La planificación tiene un cliente (sociedad) realmente conformista en este aspecto, normalmente asume  sin más lo que tiene y a lo sumo espera que algo mejor llegue algún día, un hecho comprensible para la sociedad por desconocimiento o falta de sensibilización  pero no admisible para el planificador ya que sencillamente no está haciendo su trabajo. Encajar edificabilidad en parcelas y dibujar viales es parte del urbanismo, pero por fortuna su capacidad va muchísimo más allá; ahora que la crisis ha diluido las prisas y borrado de los titulares palabras como especulación, ladrillo o  “todo vale”, ahora que hemos comprobado que ese sistema no era válido ¿no habrá llegado la hora de volver al principio y retomar el verdadero significado de la planificación y el urbanismo?.

LA CRISIS NO VALE COMO EXCUSA

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Cuando algo no funciona puede ser debido a la mala suerte, pero normalmente la causa se encuentra en un hecho que no estaba previsto o a que no ha resultado como se preveía; es decir no estaba planificado o la planificación no era correcta. Este hecho lo podemos ver en nuestra economía global, nuestro mercado laboral, sistema de salud, sistema educativo, etc… pero como estos temas se salen de la temática del blog, me centro en un aspecto específico, los problemas de nuestras ciudades.

Desde hace ya años, la planificación sufre un tremendo “parón” por parte de los únicos promotores posibles de la misma (las Administraciones Públicas); la causa alegada para esta paralización siempre es la misma, … la crisis…los recortes…la falta de medios económicos; … pero vamos a ver, paremos un momento, tenemos un sistema que no ha funcionado por defectos o ausencia de planificación ¿cuál es la salida entonces? ¿no hacer nada? ¿buscar ideas felices? ¿esperar a que alguien solucione nuestros problemas? ¿intentar volver a un sistema que ya hemos visto que no funciona?… creo que no, entiendo que lo que toca es precisamente planificar estratégicamente, primero para salir adelante y segundo para hacerlo de modo sostenible en el tiempo. Ahora bien, para el planificador ha surgido una nueva variable de gran peso a tener en cuenta, que las acciones y el cambio no cuesten dinero o al menos que sea lo mínimo posible; la época de tratar de lanzar ciudades, comarcas o regiones al mercado de la competitividad territorial mediante grandes infraestructuras o faraónicas obras ha pasado a la historia, ¿quiere esto decir que ya no se puede planificar? No, en absoluto, simplemente ha cambiado el escenario, las variables son distintas y toca repensar, poner en duda cuestiones asumidas y abrir el pensamiento a nuevas alternativas.

¿Cuál es coste de cerrar una calle al tráfico rodado y así crear por ejemplo un pequeño eje comercial en una ciudad? ¿Necesitamos pavimentar de nuevo la calle?¿Los peatones no podemos andar por el asfalto? ¿No se puede taladrar el asfalto y plantar árboles?

¿Cuál es el coste de que un Ayuntamiento ceda parte de sus suelos adjudicados en desarrollos urbanísticos para usos alternativos como los huertos urbanos? Nadie lo va a comprar y no tienen medios para desarrollarlos ¿Por qué no cederlos entonces temporalmente en bien de la comunidad?.

¿Cuál es el coste de una normativa de paisaje urbano que lo proteja, gestione y ordene? En todo caso sería una inversión, no un gasto ¿no?.

En definitiva el problema para no planificar no es la crisis, es precisamente la infravaloración de la planificación, la escasa aceptación de la misma como elemento clave para el desarrollo, dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, ¿Cuántas vamos a tropezar nosotros?.

¿DÓNDE ESTÁN LAS PUERTAS DE LA CIUDAD?

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Cuando las ciudades se desarrollaban en el interior de recintos amurallados, un evidente elemento físico (la muralla) marcaba la diferencia entre «dentro» y «fuera»;  las distintas puertas dispuestas normalmente por motivos funcionales marcaban el inicio de la ciudad, todo estaba claro y perfectamente definido … llega hasta aquí y se entra por allí…

Cuando hoy día nos acercamos a una ciudad, sus hitos de mayor envergadura marcan la presencia en el horizonte del asentamiento; conforme nos aproximamos, el campo comienza a desvirtuarse, sube la densidad de edificaciones, baja la de plantaciones, nos adentramos en una franja en muchos casos anárquica hasta que llegado un punto observamos que ya  no hay huecos entre edificaciones y entonces entendemos que ya hemos llegado.

Durante algún tiempo se utilizó la solución de alineaciones arbóreas que marcaban el acceso, quedaba claro que la ciudad empezaba al final de la arboleda, no obstante poco a poco han sido eliminadas por considerarse peligrosas para el tráfico (aunque quizá un quitamiedos hubiese sido suficiente).

En este punto me pregunto si este hecho es positivo o negativo, ¿debe tener límites claros la ciudad? ¿qué ganamos o perdemos? Es evidente que por fortuna la ciudad ya no necesita murallas ni puertas, por tanto hemos ganado la posibilidad de interactuar visual y funcionalmente con el entorno; pero hemos perdido un gran valor, el identitario, pasando de ser un elemento claro en el territorio, perfectamente identificable, a ser un ente difuso como una nube que se va perdiendo en el horizonte con distintos colores y densidades.

Entre un extremo (la muralla) y el otro (la ciudad difusa), creo que se encuentra nuestro objetivo; poner límites no nos aporta nada positivo (ganaríamos identidad pero negativa al constituir un coto cerrado), ahora bien una planificación que fuese capaz de gestionar las distintas interfases de forma ordenada eliminaría los inconvenientes de las dos opciones y potenciaría las ventajas de ambas; nuestra lectura en el recorrido de aproximación no sería de recinto ni de anarquía sino de sucesión organizada de situaciones, una secuencia que a modo de ejemplo nos mostrase campo – campo ligado a ciudad – ciudad, permitiría una lectura clara, luego estaríamos incrementando la legibilidad que facilita la creación de la imagen mental del recuerdo y por tanto estaríamos consiguiendo la identidad perdida al desaparecer las murallas y sus puertas.

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ORDENACIÓN DEL TERRITORIO VS COMPETITIVIDAD

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Leyendo el informe “Hot Spots 2025 Benchmarking the future competitiveness of cities” elaborado por la Economist Inteligence Unit de “The Economist” me surgen realmente muchas dudas respecto a los resultados (entiendo que la crisis económica en Europa haga descender en el ranking ciudades como Madrid o Roma, pero no termino de comprender por qué en el mismo escenario Lisboa o Dublín crecen y aún menos comprendo por qué Madrid baja su puntuación 30 veces más que Barcelona), no obstante como toda estadística o simulación de escenarios futuros creo que hay que recibirla con la máxima cautela, analizar el origen de los datos y sobre todo considerar las tendencias que nos están dejando ver más que el valor numérico concreto obtenido. El citado informe define “Competitividad Urbana” como la capacidad de atraer capital, negocio, talento y visitantes, elaborando el ranking en base a ocho grupos de indicadores ponderados mediante la asignación de un “peso” a cada uno de ellos.

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Ahora bien, una vez que tenemos el diagnóstico o el modelo tendencial hecho, es la hora de trabajar para invertir o potenciar tendencias y llegado este momento las Administraciones deben asumir y comprender que la deseada competitividad es fruto de un sistema holístico y por tanto de nada valen acciones individuales, ¿de qué servirá mejorar infraestructuras si no atraemos por ejemplo capital humano? ¿para qué tratamos de atraer negocios si el sistema financiero no los apoyará? …. entiendo que para nada o al menos para mucho menos de lo que podría servir.

Necesitamos una herramienta que diagnostique y planifique acciones teniendo en cuenta el conjunto, sus incompatibilidades, sus sinergias y su retroalimentación; pero no tenemos que inventar nada, ya existe, se llama ORDENACIÓN DEL TERRITORIO; por tanto lo único que hace falta es convencer a los entes con capacidad de decisión de su valía como herramienta transversal.

PARTE 02_03. ¿HACEMOS ALGO O SEGUIMOS LLORANDO?

Como continuación al post anterior, hoy trato de bucear en posibles soluciones a nuestro paisaje de crisis generado por obras paralizadas de promotores arruinados o que simplemente no les interesa continuar.

Promotores que arrancaron obras cuando comenzaba el declive y no tuvieron tiempo de reacción o no supieron hacerlo; la oferta era brutal, la demanda bajó y el crédito se cerró, con lo cual la impensable situación de no vender lo que estabas construyendo (fuera lo que fuera y donde fuera) se hizo realidad. Ante esta situación, bien las entidades bancarias dejaron de pagar certificaciones o simplemente el promotor decidió que no debía seguir invirtiendo con tan alto nivel de riesgo; dando lugar entre todos al fantasmal paisaje de nuestras ciudades (fundamentalmente de sus zonas de ensanche).

IMAG0741La bajada de precios de vivienda junto, en muchos casos, con la irreal valoración hipotecaria (realizada por dudosos profesionales, admitida por numerosas entidades financieras y permitida por los órganos de supervisión) ha dado lugar a que lo ejecutado por los promotores vale menos que lo prestado por los bancos, con lo cual ya no tengo claro si el problema es del primero o del segundo.

Siempre he defendido que «el riesgo dignifica el beneficio», por tanto nunca he criticado al promotor que legalmente ganaba millones en sus promociones; él arriesgaba  y recogía beneficios, por tanto el que quisiera tenía la puerta abierta, sólo había que saber hacer y arriesgar; ahora bien, «riesgo» significa que te puede salir mal con lo cual igual que a las buenas recogimos beneficios ahora son las malas y toca pagar.

No obstante lo anterior, ya he dicho antes que el promotor no era el único actor en esta función; las sociedades de tasación contaminadas ganaron mucho dinero a base de tasaciones «a medida», los bancos obtuvieron beneficios espectaculares y los órganos de control simplemente no hicieron nada, por tanto a todos les toca bajo mi punto de vista responder en este momento.

Los promotores deben cumplir su obligación de edificar en plazo (fijada en licencia) y si no pueden o no les interesa, deberán malvender, aunque se pierda dinero o no se cubra ni siquiera la deuda pendiente, recordemos que estábamos en un deporte de riesgo y hemos perdido, al menos su cuenta será menos negativa.

Las sociedades de tasación corruptas deberán pagar su falta de ética y profesionalidad, con la misma responsabilidad que se nos exige a cualquier profesional.

Las entidades financieras, como beneficiarias del sistema creado, deberán participar en la solución, bien abriendo crédito, bien haciendo quitas o bien como socio capitalista.

Por último los órganos de control y administraciones que no velaron, deberán responder poniendo los medios económicos o legales para resolver el problema.

No existe legislación que sustente esta línea de actuación, pero las leyes están para resolver problemas y cada día vemos como nacen, se derogan o se modifican, por motivos muchas veces caprichosos, partidistas o de dudoso interés, por tanto no me vale la respuesta de «… la ley no contempla este supuesto…».