UN RESPETO… AL MENOS A LOS ELEMENTOS
En una tierra como Murcia en la que se conoce qué tipo de plantación se puede plantar en cada tipo de parcela y todo el mundo tiene claro que hay lugares donde sencillamente NO SE PUEDE plantar; en un territorio de tradicionales riadas y desbordamientos donde hasta los niños saben que cuando hay tormenta no te debes acercar a las ramblas; llegó el desarrollo urbanístico como motor de la economía, borró del diccionario la frase «NO SE PUEDE» y de forma totalmente prepotente asumió el mensaje publicitario de ADIDAS …»impossible is nothing».
Como impossible is nothing, un terreno como el de las dos primeras fotografías puede ser apto para ser urbanizado (y como tal se clasifica por la Administración), como impossible is nothing esa zona es apta para ser habitada y se construyen las viviendas que vemos en las fotografías 3 y 4.
Cuando se inicia el procedimiento no se trata de comprobar realmente si se puede o no, ya está decidido que se va a hacer, se trata entonces de darle forma o de «vestir la mona»…. ¿Alguien me puede poner ejemplos de grandes proyectos que no hayan salido adelante por condicionantes ambientales o de protección por desastres naturales?… yo conozco muy pocos…. o ninguno. Los posibles riesgos son salvados por las famosas medidas correctoras, medidas por otra parte diseñadas en base a simulaciones, estimaciones y modelos predictivos; herramientas todas ellas muy válidas cuando no hay más remedio que actuar en determinadas zonas o estamos ante una preexistencia; métodos que en virtud de la pericia de sus autores reducirán el riesgo en mayor o menor medida… pero he dicho «reducirán» no «eliminarán» y por tanto frente a la «tormenta perfecta» nunca tendremos el 100% de seguridad.
¿Era necesario asumir ese riesgo por pequeño que fuese? ¿No era posible otro emplazamiento?
Pues bien, como impossible is nothing, no ha sido imposible que las medidas correctoras fallasen y lo que muestro en el vídeo (Fte: Diario La Verdad) es lo que ha ocurrido esta tarde….
¿Ahora qué hacemos?
Que Dios perdone a los autores de la urbanización. Lo que no ocurrió en muchos años o siglos, puede ocurrir en un minuto. Solidaridad para la gente que compro terrenos o viviendas por falta de información especializada y falta de planificación espacial o territorial , Los ingenieros o arquitectos y la propia gente debieron consultar a Geògrafos, Meteorólogos, Geòlogos y otros profesionales con conocimiento de ordenación territorial o Planificación urbana. Y ahora quien los salva de futuros desastres?. Los antiguos habitantes de América como en el Tahuantinsuyo fueron previsores a inundaciones, deslizamientos e incluso terremotos, sus obras arquitectónicas hoy denominados ruinas persisten en el tiempo y el espacio.
Que Dios perdone a los autores de la urbanización en una zona de alto riesgo. Lo que no ocurrió en muchos años o siglos puede ocurrir en un minuto como esta inundación. Sobre todo en estos cambios climáticos por el calentamiento global que están ocurriendo desastre del tipo hidrometeorològico. Nuestra solidaridad para la gente que compró terreno y construyeron las viviendas desconociendo el riego de desastre, por falta de información territorial, y falta de planificación. Las autoridades no toman en cuenta nada de los temas enunciados pues les interesa vender las licencias y no piensan en la seguridad de la gente que va vivir. Debieron consultar a especialistas geògrafos, geòlogos, climatologos y no solo aceptar los proyectos de los ingenieros y arquitectos. Estamos frente a los cambios climáticos por el calentamiento global del Planeta y por consiguiente en todo el mundo están ocurriendo desastres de tipo hidrometeorològico (lluvias torrenciales que generan inundaciones de grande s ciudades, sequías, friajes que generan pérdida de actividades productivas, etc. debemos documentarnos de la gestión previsora de los antiguos habitantes de América en cuanto a localización de pueblos o ciudades, tipo de construcción, etc. Fueron extraordinarios profesionales y planifica dores.
Toda esta historia, tan triste, me recuerda al cuento de los tres cerditos (aquel relato infantil en el que tres hermanos construyen sus casas, respectivamente, de paja, madera y ladrillo; sólo la tercera sirvió de refugio para protegerse del lobo). Más triste es, quizá, que estas casas de paja se pagaron a precio de sólido ladrillo.