LA DESHUMANIZACIÓN DEL URBANISMO
Dice el diccionario de la RAE que «urbanismo» es el conjunto de conocimientos relativos a la planificación, desarrollo, reforma y ampliación de los edificios y espacios de las ciudades.
Dice la opinión pública (e incluso algún magistrado) que «urbanismo» es sinónimo de «pelotazo y corrupción», lo cual en este país es tristemente cierto en innumerables casos.
Dice la RAE que «medicina» es la ciencia y arte de precaver y curar las enfermedades del cuerpo humano.
Comparando las definiciones de «urbanismo» y «medicina», me planteo un primera duda, en la explicación del segundo término queda muy clara cuál es la finalidad (precaver y curar las enfermedades del hombre), pero no veo una definición de la finalidad en el concepto de urbanismo, dice a qué nos dedicamos pero no para qué….. quizá ese sea el origen del problema.
Ordenamos, planificamos, reformamos, etc… ¿para qué? ¿cuál es la finalidad? ¿qué objetivo buscamos?….¿que me «quepa» el aprovechamiento? ¿que los coches pueden circular libremente? ¿que la conexión con la autovía sea lo más rápida posible? ¿que pueda encajar con calzador los estándares de zonas verdes?…. ¿y qué pasa con el cliente? y no me refiero al político que paga la factura, ese es el que maneja el dinero del verdadero cliente y receptor del servicio, la sociedad; ¿en qué parte del proceso la hemos considerado?.
Dice la OMS que la calidad de vida es la percepción que un individuo tiene de su lugar en la existencia, en el contexto de cultura y del sistema de valores en los que vive y en relación con sus expectativas, sus normas y sus inquietudes.
Por otra parte, se asume que las variables que intervienen en ese complejo concepto de «calidad de vida» son bienestar físico, social, material y emocional, así como el desarrollo personal; ¿puede el urbanismo influir en dichas variables?, evidentemente SI; podemos mejorar el bienestar físico en un entorno planificado, podemos potenciar formas de vida saludables, podemos fomentar desde el diseño de nuestras ciudades la relación social, podemos hacerlas más competitivas, podemos hacer crecer el sentimiento de apego, la sensación de seguridad por pertenencia a un conjunto valorado positivamente y en definitiva el desarrollo como seres sociales.
¿Qué ocurriría si nos olvidásemos de la definición fría y escueta de la RAE y consideráramos el urbanismo como algo así: «Ciencia y arte de la planificación de las ciudades cuyo objetivo es la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos»?
¿Qué ocurriría si en cualquier plan urbanístico además de las engorrosas justificaciones matemáticas tuviésemos que justificar cómo hemos considerado a los ciudadanos? ¿qué les aportamos? ¿cómo tratamos de mejorar su calidad de vida?….. ¿Algo cambiaría no?.
Conciso, claro y sencillo. Alto y claro. Lo bueno ,si es breve, dos veces bueno. A veces las cosas dichas con una sencillez aplastante cobran el triple de importancia y se convierten en UTILES. Y SI cambiarían muchas cosas, y siempre para mejor. Gracias por tu reflexión.
Muchas veces como que se obvia la génesis de todo, porque al final de cuentas el urbanismo como profesión, tal como la conocemos hoy, básicamente emerge de la necesidad de mejorar la calidad de vida.
Es muy bueno el recordatorio que haces con esta reflexión.
Muy inteligente tus puntos de vista, sin embargo, cada vez que asistimos a las urnas y lecciones sean estos nacionales o seccionales ALCALDES de las ciudades, casi siempre termina imponiéndose una visión y puntos de vista y no necesariamente ligados al ordenamiento territorial y paisaje, sino más bien a una oferta de campaña vivienda para la población, que en el fondo trata de resolver un problema social, pero no necesariamente integra elementos del urbanismo.humano y a veces termina complicando aún la situación de pobreza de esas familias, y si esto sumamos la baratilla de ofertas en la movilidad, espacio público, convierten a la urbe en una suerte de «juego de territorio», que cuando niños solíamos jugar y quién logra pinchar en el territorio del contricante termina apropiandose del territorio del otro hasta aniquilarlo. En fin es un tema, que hay que apostar por recobrar la buena vecindad, abandonar el yo por el otro, hay que fomentar la ayuda y colaboración colectiva.
Lo que dices en tu artículo, desgraciadamente es revolucionario, presupone que el poder político tiene como finalidad el bien común, de lo que derivaría el encargo de un urbanismo basado en los principios humanistas que comentas. Desgraciadamente la realidad es muy otra, la finalidad de la política es hoy en día (cómo lo ha sido en todas las épocas históricas) la perpetuación en el poder para satisfacer unos intereses que, en la mayoría de los casos, no son los de la población en general, sino los de determinados grupos y «lobbys», lo que convierte al urbanismo y a la acción política en el caldo de cultivo de la corrupción. Las ciudades son la imagen del poder que las ha generado y cuanto más corrupto es ese poder peor será esa ciudad.
Además de corrupto, en muchas ocasiones el problema es la ignorancia, si para el que “maneja los hilos” urbanismo son los “papeles” que se usan para el Plan General y sus modificaciones y “paisaje” es ese cuadro con las montañas y la nieve…. mal vamos
Muy acertado tu comentario, pero el conocimiento y buen urbanismo para la calidad de vida de los ciudadanos ha dado paso al amplio concepto de «aprovechamiento», que mejor sería en plural…… «aprovechamientos»……¡¡Que triste!!, y todavía hay quien se pregunta para que sirve un Arquitecto. (Autónomo claro, …..a las órdenes del «Agente urbanizador» …….volvemos a los aprovechamientos).
Rotundo y claro. Y…por qué hemos perdido de vista los objetivos a la hora de planificar y ordenar ciudades, territorio y espacios? Qué esta pasando? Y los arquitectos… Deberíamos lanzar mensajes y concienciar de la importancia de esta realidad…